Bienvenidos a la Realidad...

Sean bienvenidos a esta novela negra que irá avanzando poco a poco y en la que iré escribiendo capítulos a medida que hayan seguidores y me los vayan pidiendo. Espero que disfruten...

domingo, 16 de mayo de 2010

Un accidental encuentro (Capítulo 5)

Como cuando de resaca escuchas un ruido ensordecedor fue para mi el sonido agudo de ese timbre de instituto, que pese a no haber escuchado en meses seguía siendo familiar para mí, anunciando la llegada del primer día de clase, el peor día para mi, no porque tengamos que volver a estar delante de esos maestros, aburridos y que lo único que els importa es lucrarse con el dinero que les pagan a fin de mes en vez de preocuparse por el saber de sus alumnos, sino proque es el día en el que la gente es más falsa de lo normal. Todo el mundo viste ropas nuevas y elegantes. Se duchan por la mañana , se encominan el pelo, se ponen desodorante y colonia. Como si quisieran dar una buena imagen, que durante el curso desaparece...

Nada más entrar la gente te saluda como si fueras su amigo íntimo, preguntándote por la vida y tal, por el como te ha ido estos meses que no te han visto, y lo más ocurrente que se te ocurre decirles es un <¿Y a ti que te importa?¿Acaso te has preocupado por mi estos meses que no me has visto?> Y es que odio a este tipo de personajes...

Como todos los años, el tablón de anuncios está rodeado de niños, cada vez más pequeños intentano descifrar ese extraño papel que les indica la clase que les ha tocado. A la vez que más pequeños, cada vez pienso que son más estúpidos, ya que solo hay que ver donde aparece su nombre, no es necesario estar media hora como están. ¡Ah! ¡Esa es otra!, los estúpidos personajes que no tienen otra cosa que hacer que llegar dos horas antes, incluso antes que el conserje, para ver a gente que hace tiempo que no ven, como si no los fueran a ver a lo largo de todo el curso...

Y ahí estaba yo, abriéndome paso entre chiajos y no tan criajos para poder acceder a ese papel que te dice la clase en la que estás, mientras escuchaba a mi alrededor las voces de los insolentes niños diciendo cosas del estilo de ... enfermo con estos también...

Tras cinco desesperantes minutos, nueve empujones y 2 pisotazos "sin querer", observé como me había tocado en la clase E22. La misma que hacía tres años, aunque no se proqué pienso eso ya que, salvo tres clases que son la de dibujo técnico, la de informática y la de multiusos, todas las clases son iguales... Jaulas.

La sirena volvió a sonar... Los diez minutos de descanso de las 2 acabaron, y me tocaba ir a mi correspondiente aula, para ver a esa panda de paletos nuevos que entraban nuevos en el insituto tras haber cambiado de entre ESO y Bachiller...

Tomé asiento en la primera fila, pero no por motivos de atención ni mucho menos... en verdad lo hice por motivos de visión ya que, como se suele decir, me veo menos que un gato de escayola...

A mi lado se sentaron dos chavales nuevos... Peter y Alexandriu. El primero tenía pinta de ser buen estudiante, con esa camisa a cuadros, esas zapatillas deportivas de un blanco inmaculado, y esa sonrisa inocente en la cara... El segundo, Alex, era un personaje curioso, a quien el encantaban las bromas absurdas y el humor picante y con menos sustancia que un caldo sin avecren, y que por ello fue un gran personaje en mi historia...

La clase comenzó, una clase de lo más aburrida, en la que te hacen ir solo para recibir el horario, para aclarar las dudas de los recien llegados, y, principalmente para fastidiarnos el sueño a la mayoría...

La clase se componía de un gran numero de personajes nuevos, atentos a las explicaciones de la maetsra, y deseosos de saber quienes eran los nuevos profesores que les habían tocado...

El sonido ensordecedor volvió a sonar, y la gente en el centro se lanzaba a las escaleras a cual bestia al cuello de su presa, y tras un segundo entre toda la multitud me pareció ver, por un segundo, una melena morena que ondeaba al viento...

A parte de eso, mi primer día de instituto transcurrió como cualquier día normal.

El segundo día de instituto, un viernes, la gente estaba deseosa por verles las caras a los nuevos maestros... Jajajaja, deseosos de conocer a sus nuevos enemigos... Ay señor...

Durante este segundo día entablé relación con Alex, el compañero de clase que antes comentaba, un chico peculiar, quien al igual que a mi le encantaba el humor soso pero ácido ajajaj y en grandes cantidades. Eramos de esas personas que se rien de los demás o se mofan de ellos sin que ellos se enteren y que por eso tenemos el placer de ser catalogados como "Bichos raros".

Tan bien nos llevamos durante ese segundo día que me invitó a la fiesta de fin de verano que celebraban los compañeros y compañeras de su colegio, y a la que al final lo que menos asisitieron eran alumnos de ese centro...

No se ni como acepté, tal vez proque la idea de rondar el mismo bar heavy que todas als noches de fin de semana era un poco deprimente, tal vez por la idea de alcohol gratis, o tal vez por hablar con Alex, quien durante toda la fiesta se portó como un verdadero anfitrión, sirviéndome copas cada vez que el vodka rojo con naranjada faltaba en mi vaso. La razón no la se, lo que si se es que la fiesta no tenía mala pinta...

Canciones Heavys no dejaban de sonar, la compañía era buena, y el ambiente de después de cuatro vasos cargados aun mejor... Pero lo que sí que me fascinó fue la extraña visión que tuve aquella noche... cuando de lejos pude ver otra vez una melena morena moviéndose al compás de la melodía...

Tras dos horas de diversión, y cuando comencé a sentirme bastante mal, la gente empezaba a hablar todos con todos, como si se conocieran de algo.

La música heavy de origen desconocido dejó paso a una canción, con la que mi cuerpo comenzó a
agitar... Rock and Roll Train... Y tras estar bailando un buen rato, caí al suelo tras chocar con otra persona, la chica de melena morena...

No hay comentarios:

Publicar un comentario